El Rotary Club de Florida y el Círculo Médico de Vicente López organizaron el 8°. Seminario de Calidad de Vida de Adultos mayores, en la sede de la institución de la calle DF Sarmiento, en Vicente López. Participaron, el doctor Carlos Brener, rotario y socio fundador del Círculo; las especialistas en gerontología Lic. Mónica Iturry y Dra. Sonia Zerdiew; y, en contacto por Zoom, el Defensor de la Tercera Edad, de la CABA, Eugenio Semino.
Ofició de anfitrión, el reconocido vecino, Alberto Expósito, en su rol de rotario.
Y completaron el panel de especialistas Mónica
Iturry y Sonia Zerdiew, que abordaron el tema desde diferentes perspectivas
sanitarias; y el Defensor de la Tercera Edad (CABA), Eugenio Semino, que participó de manera virtual.
Brener inició las exposiciones con un relato de pasajes de su vida; desde la niñez, y luego como médico. El vecino de Florida recordó su infancia en San Juan y las experiencias de vida con su padre. También sus primeros pasos en la medicina, como médico de pueblo; y se detuvo en algunos casos que aun recordaba con los años
Brener recordó que siendo joven, debió atender a un paciente español, muy grave, que incluso no era preciso saber cómo evolucionaría con el paso del tiempo. Lo cierto es que con los años recibió la invitación de ese señor que llegaba a cumplir sus bodas de oro, 50 años de casado.
El encuentro fue grato y el doctor Brener aun recordaba algo que fue como una enseñanza de vida para él. Cuando le preguntó a su ex paciente “¿Y usted cómo anda?”, esperando una típica respuesta al pasar, el hombre, que había pasado por aquel duro trance, contestó con convicción: “La vida es amarga pero lucho”.
Salutogénesis
Luego siguió Semino, por Zoom. El experto Defensor de la Tercera Edad, y referente de la asociación Gerontovida, valoró el apoyo y el compromiso con el tema de ambos organizadores del Seminario, el Rotary de Florida y el Circulo Médico de Vicente López; a los cuales asimismo, les agradeció la invitación a exponer.
El experto destacó que la cuestión de la calidad de vida del adulto mayor, es el tema de mayor envergadura en el presente. Luego señaló que actualmente la palabra que define el criterio de calidad de vida para los adultos mayores es el neologismo “salutogénesis”, un término que define los estudios sobre el origen de la salud.
La salutogénesis, como disciplina, explicó Semino, define “las condiciones de óptimo desarrollo de nuestros potenciales humanos”. Sobre la vejez, indicó, la salutogénesis implica ver al envejecimiento “como una cuestión inherente a cada uno de nosotros”, en relación a cada subjetividad “y las condiciones sociales donde esta se desarrolla”.
Semino observó que así como en el siglo XX el trabajo fue un disciplinador social, actualmente es el envejecimiento el “gran disciplinador social”. Reveló el temor a envejecer, que se vive en la sociedad. También observó que la vejez se fragmenta de la vida de las personas y esto no permite ver la integralidad de la vida.
“La sociedad –explicó Semino- fragmenta una vida que tiene que estar integrada”. La vida, entonces, “se ve en compartimentos estancos que se deben superar y que no tienen que ver unos con otros”. En esta línea exhortó a preguntarse “¿Cómo hacemos para conocer al “viejo” que tenemos adentro desde pequeños”?”.
La salutogénesis, entonces, explicó Semino, sostiene que la sociedad debe tener “condiciones sociales, económicas, hábitat, de medio ambiente, educación, alimentación sana y demás, que permitan llegar” a la vejez. Pero además destacó que se trata de una construcción, que debe desarrollarse, y no de algo dado.
Ser humano
Lic. Mónica Iturry
En esta línea la licenciada Iturry, luego, explicó que debe concebirse la idea de “ser humano” como una unidad; que solamente se lo separa o fragmenta “por razones de estudio”. La experta se refirió a la experiencia social que implica la pandemia de COVID-19; y cómo la sociedad reaccionó ante la situación, por ejemplo.
Explicó que la vida diaria conlleva situaciones que enfrentan al estrés –entendido como sensación de tensión física o emocional- pero de una forma que puede considerarse normal. Sin embargo, cuando ese sentimiento es permanente se degenera en “distrés”; algo nocivo que implica un desajuste en la persona.
También definió la cadena del estrés –del estrés normal al distrés- como un proceso de percepción (donde lo real es secundario: “lo que creo que sucede” importa); que desencadena conductas y hábitos (fumar, comer en exceso, no dormir), que se transforman en síntomas (insomnio, dolores); y al final desencadenan enfermedades.
Los cambios que implican el paso de los años sin duda generan estrés. Iturry valoró “la creatividad” ante el paso del tiempo. Y aportó el concepto de “envejecimiento activo” de la Organización Mundial de la Salud (ONU), para anticipar y prevenir patologías; para lo cual se requieren momentos de reflexión y observación.
Obviamente, Iturry destacó que se trata de un
desafío. “El autoconocimiento -afirmó
la experta- nos permite intervenir en la
secuencia de eventos de la cadena del estrés y así evitar llegar a los
síntomas”. Luego, como corolario
de lo expuesto, puso de relieve: “Necesitamos
contextos más humanos para envejecer con calidad”.
Ensalada gustosa
Dra. Sonia Zerdiew
El cierre de los expositores estuvo a cargo de la doctora Zerdiew. “La vida es un teatro donde nos van pasando muchas cosas” definió; tras enumerar los componentes de la calidad de vida; una secuencia cuya base es la salud física y psíquica; pero que incluye las condiciones materiales, políticas y sociales donde se desarrolla la persona.
También, como sus colegas del panel, ponderó la concepción de unidad e integralidad de la persona. Desde esta perspectiva exhortó a unir la mente, el cuerpo y el espíritu; y a preguntarse ¿Qué aprendimos con el paso de los años? Advirtió, asimismo, sobre la soledad y valoró el evitar el aislamiento; así como el mantener la autoestima.
Zerdiew valoró la experiencia de la vida. “Cada uno de nosotros –definió- transitamos nuestro propio camino”. En diálogo con Prensa Libre asimismo graficó: “El camino una siempre lo traza desde el propósito, la ilusión y la esperanza. Con todo esto hacemos una especie de ensalada rusa, muy gustosa, de nuestra vida”.
Sin temor a situarse como ejemplo, la experta
señaló: “Desde el punto de vista de una
mujer, médica, se ha hablado mucho de esto, la ensalada incluye a la familia,
los hijos, los padres también, los amigos, los vecinos y la medicina. Son
pasiones que se encuentran en un mismo corazón así lo definiría a ese camino”.
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